Última parada: Evaluación


 

Finalmente, arribo a la quinta temporada: “Evaluación en ambientes digitales”. Llega en un momento en el que nos reencontramos cara a cara con nuestros alumnos y volvemos a ver las escuelas casi como antes,  sin embargo, no somos los mismos, de un modo u otro estamos atravesados por esta pandemia. Como educadores no podemos ser ajenos a esta situación;  mis alumnos han expresado que el regreso a la presencialidad absoluta ha sido de gran impacto para ellos y se sienten desbordados por las exigencias de las evaluaciones.

Es este un momento para reflexionar qué pretendemos al diseñar una evaluación y cómo necesitan aprender nuestros alumnos. El enfoque conductista que entiende  la evaluación como medición de resultados en la que se  privilegian las respuestas correctas  es el modelo que en muchos casos volvió a imponerse  con el regreso al aula presencial. Esto angustia a los alumnos porque concibe el error con una connotación negativa, sufren la exigencia más que vivenciar el aprendizaje. Por el contrario, el enfoque constructivista entiende el error como fuente de aprendizaje, no se trata de pedir que reproduzca información sino que la aplique en situaciones complejas, es decir, privilegiar la capacidad analítica de los estudiantes.

Al momento de planificar una evaluación, deberíamos alejarnos de una instancia de verificación y  generar modos que permitan evaluar  competencias. Así, frente a la evaluación tradicional centrada en aspectos memorísticos surge la evaluación auténtica que implica diseñar  instrumentos de evaluación  que nos permitan obtener evidencias acerca del proceso de aprendizaje en los que el estudiante  integre sus conocimientos y habilidades.

Sobre la base de la reflexión anterior, he decidido crear un instrumento de evaluación para llevar a un 4to. año del DAD, donde soy profesora de Literatura. Los chicos necesitan ser escuchados, nos están pidiendo evaluaciones auténticas sin  ser conscientes de ello. La propuesta es participar en un desafío literario, entiendo que es una propuesta flexible dentro del programa, les da libertad para elegir y promueve la lectura. El instrumento de evaluación propuesto es un diario de aprendizaje que además de cumplir con la función “clásica” de aprobar será una instancia de metacognición para el alumno. Comparto aquí las consignas de trabajo.

Por tratarse de un desafío literario, presento este video que resulta motivador para dialogar sobre lo que nos provocan las palabras a los lectores.




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