Sí, hay vida más allá de las pruebas escritas
La última semana de cursado de “Evaluación en ambientes digitales” se vino con un calorcito por arriba de los 35 grados. Por si estábamos un poco perdidos con las fechas, nos recordó que ya estamos a nada del final de clases. Paralelamente, empezaron a llegar los mensajes por Whatsapp de cada institución: carguen notas, anoten más aprendizajes prioritarios, vayan cerrando los aprendizajes, dejen cuadernillo para los 2019, manden guía para los 2020, sigan evaluando a los 2021. Y ahí vamos todos, alumnos y profesores, “surfeando” en este último tramo en el que solo se habla de calificar, de cerrar y de cumplir.
En este escenario, aparecemos los Jazmines y las Orquídeas
de este curso con deseos de poner en práctica todo lo aprendido. El video que compartió
Troncha en el que nos invita a hacer la metacognición
sobre nuestras prácticas, además de conmover por la excelencia de su producción,
nos recuerda el valor de la evaluación auténtica, nos inspira.
Y así, en medio de la vorágine de los acuerdos comunicados en cada institución para evaluar y calificar, aparecemos nosotros a proponer un cuestionario de coevaluación y autoevaluación,
a hablarles a nuestros alumnos de la importancia de que
conozcan los criterios de evaluación para clarificar el aprendizaje y les
mostramos una rúbrica. Si bien estamos con clases presenciales, les
presentamos, igual, un video interactivo con Edpuzzle. Les hablamos de la
posibilidad de crear un portafolio digital para depositar ahí todos los
productos que han realizado y les pedimos un diario para reflexionar sobre el proceso de aprendizaje .
Les mostramos que es posible trabajar de
manera colaborativa y que se pueden usar las redes sociales para aprender.
Sí, hay vida más allá de las pruebas escritas.
Quiero compartir mi experiencia con la creación de un Quizizz que elaboré para reflexionar acerca del proceso de escritura. En primer lugar, aquí redacté la planificación de la estrategia de gamificación. Luego, diseñé una actividad con Quizizz y compartí el enlace para acceder al juego en el aula virtual. Como en la escuela los alumnos tienen conectividad, al término de la actividad de producción escrita los invité a entrar a la sala. Estaban muy ansiosos, lo que demostró que el juego funcionó como motivación, en este caso, para poder reflexionar sobre el proceso de la escritura. Realicé un video para sintetizar la experiencia de gamificación vivida con mis alumnos, también comparto aquí el acceso al Quizizz creado.
Otra de las actividades realizadas en este último módulo fue la redacción de las mejoras para una evaluación escrita que tomé este año. Luego, convertí esa prueba escrita en este formulario Google en el que incorporé preguntas sencillas, de comprensión, genuinas y de cognición. Gracias a esta actividad, descubrí que podía hacer una retroalimentación para respuestas correctas e incorrectas.
Arribo con esto al final de este curso con la
convicción de que seguramente en el 2022 llegará el anuncio de una nueva
temporada, ¿por qué no?
Hasta aquí, no más que agradecimientos, somos un antes y un después de la pandemia, un antes y un después de esta saga.
¡Gracias!
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